Add parallel Print Page Options

Con tu poder, Dios mío, me siento protegido;
¡tú, Dios mío, eres mi defensa!
10 Tú, Dios misericordioso, vienes a mi encuentro
para hacerme ver derrotados a mis enemigos.

11 ¡Pero no los mates, Señor, escudo nuestro,
no vaya a ser que mi pueblo se olvide!
¡Mejor humíllalos y dispérsalos con tu poder!

Read full chapter